75 ANIVERSARIO. EN EL SEPULCRO ESTÁ LA VIDA

   Al cumplirse este ANIVERSARIO de nuestro Cristo del  Sepulcro, 75 años desde que A. Castillo Lastrucci, tallara magistralmente al que “pasó haciendo el bien” y al que murió por toda la humanidad.... me atrevo a decir en voz alta que del sepulcro nació la VIDA. El Resucitado impone su presencia como el que ha sido crucificado y no se hubiera podido contar la historia del Resucitado sino hubiera descendido al lugar de los muertos y haber experimentado la misma muerte. Pero el sepulcro para el Señor y para todo creyente es algo pasajero, porque la VIDA no se puede ocultar en una cueva....

   "El primer día de la semana" fue María Magdalena y la otra mujer al sepulcro.....un ángel habló a las mujeres: ¡no temáis!, buscáis a Jesús el crucificado?,  no está aquí: ¡Ha resucitado!” La vida en el “sepulcro” ha terminado, por eso se sigue apareciendo cada “primer día de la semana”. Todos los evangelios nos presentan la   resurrección el "primer día de la semana". En la  tarde del "primer día de la semana" los discípulos de Emaús reconocen a Jesucristo  resucitado en la "fracción del pan". Y el "primer día de la semana" se reúne la comunidad cristiana para escuchar la palabra del Resucitado y hacer la fracción del pan, la Eucaristía. De ahí la importancia de la celebración de la Eucaristía del domingo. No es una ley, no es un  mandamiento. Es una necesidad para el cristiano.

  Tenemos necesidad de encontrarnos,  reunirnos, somos la comunidad de Cristo Resucitado. Y tenemos necesidad de escuchar su  Palabra, su "Buena Noticia gozosa". Esa Palabra que se hace Pan, "carne para la vida del  mundo". Y esa Palabra es luz y alimento para que a lo largo de la semana intentemos hacer  las obras que el  Padre quiere, en favor de nuestros hermanos los hombres. 

   La vida no es un derecho, la vida es un don. Y el don, la gracia o lo gratuito, no es  consecuencia de ningún derecho, sino del amor. Por eso, lo que contraría al amor, se opone  a la vida. El odio pone fin a la vida y siembra la muerte. El egoísmo asfixia la vida, la  interrumpe y desertiza la tierra fecunda y fecundada.

   La vida nace del amor, ésa es su raíz, que no el derecho. Tampoco la muerte es un derecho, aunque habrá que reconocer el derecho a morir para  descalificar tantas ansias de matar. También la muerte es un don. Pero, entiéndase bien, es  un don, porque es una nueva vida, no porque sea fin de la vida. 

    La fe cristiana es fe en la vida, porque es fe en Jesús que vive. Ciertamente pasó por la experiencia de la   muerte, para desvelarnos su misterio y la esperanza, pero resucitó y vive para siempre. Por eso creer en la resurrección es apostar por la vida frente a la muerte.

    Ánimo a esta querida Hermandad que continúe apostando por la vida, pues tiene un titular ya 75 años que no se quedó en el SEPULCRO, sino que RESUCITÓ y está en la vida de todos los hermanos que han pasado, pasan   ahora y pasarán en el futuro para  seguir  recordando que en el SEPULCRO ESTA LA VIDA. 


Eulalio Asensio López

Párroco de San Pedro Apóstol



Comentarios

Entradas populares