JUEVES SANTO. EVANGELIO DEL DÍA

13 de Abril

Lectura del santo evangelio según san Juan (13,1-15)

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.

Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?»
Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde.»
Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás.»
Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos.»
Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios.» Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.».

Comentario:

El Evangelio del Jueves Santo empieza con la Santa Misa "en la cena del señor" comienza el Triduo  Pascual de la pasión, muerte y resurrección del señor, cúlmen de todo el año litúrgico, también el cúlmen de nuestra vida cristiana. Jesús ofreció al Padre su cuerpo y su sangre bajo las especies el pan y el vino y, dando un alimento a los apóstoles , les mando perpetuar la ofrenda de su memoria. Jesús -como siervo- lava los pies de sus discípulos amados. Con ese gesto profecitó. Él expresa sentido de su vida y pasión, sirviendo a sus hermanos y su padre. "El hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir". Esto ha sucedido también en nuestro Bautismo, cuando la gracia de Dios nos lavó del pecado y nos revestimos de Cristo y sucede en el memorial del Señor en la Eucaristía : Hacemos comunión con cristo Siervo para obedecer a su mandamiento, el de amarnos como Él nos amó, nos tenemos que reconocer en el cuerpo del señor.


La Santa Cena del Señor




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